Huinay, cortometraje.

Estabamos en Iquique filmando un comercial para una marca internacional y aprovechamos el viaje para rodar en el altiplano esta pequeña historia que resutó en un cortometraje que se llamó Huinay, de 4 minutos de duración y que nos ha llenado de satisfacciones.
Fuimos practicamente sin medios, todos profesionales del cine que decidieron compartir esta aventura sin pago alguno de por medio, subimos entonces hasta la frontera con Bolivia, Colchane, y desde ahi nos movimos a pueblos y lagunas de los alrededores, un paisaje absolutamente alucinate y mágico.
Pasamos mucho, pero mucho frio, sobre todo porque privilegiamos las horas de luz baja y para esto habia que salir del saco de dormir cuando era de noche, y la noche sobre los 4.500 mts es muy fria, el piso se hiela y cuando esperas el amanecer sientes la pureza de los elementos pero también sientes como la tierra esta completamente helada y tus pies no responden, hasta que el primer rayo de sol alumbra el altiplano provocando sombras eternas, las mas largas que haya visto...


A la niñita protagonista, Erika, la encontramos en un pueblo cercano a Isluga, Enquelga, y estuvo con nosotros los dos días que duró el rodaje, una niña muy tierna y sensible, que se comió feliz todas las negritas y chocolates con que le hicimos cariño durante el rodaje. La ropa la compramos en el mercado de iquique y le quedaba gigante, el abrigo era enorme y con el negro Ocares lo cortamos con las tijeras de cámara en la noche, al aire de Enquelga, y lo cosimos con un hilo de por ahi, asi no mas fue..
Agustin, el hombre, es natural de Isluga y era una persona muy especial, al principio realmente dudé de si podria lograr la profundidad del personaje con el, por su caracter tímido y reservado, pero al poco andar me di cuenta de que el llevaba algo como una tristeza guardada que comenzo a aflorar en las miradas, en los planos mas cercanos y entonces el personaje se fue armando de una manera muy magica y silenciosa, casi no le daba instrucciones, simplemente le ponia la camara encima y rodaba, como esperando lo que el tenia por entregar, instrucciones mínimas, y la cosa se fue dando de esa manera, preciosa y sencilla.

Aprovecho aqui de agradecer a mi amigo Juan Carlos Bustamante, director de fotografía que tuvo la bondad de acompañarme a esas alturas y que casi parte al otro mundo una de esas noches altiplanicas, testigos dicen que lo vieron entrar a su albergue nocturno abrazado a un tubo de oxigeno, la mirada baja, entregado a su suerte...la vida quiso otra cosa y al dia siguiente emergió de los abismos vivo y pidiendo por desayuno una lata de escudo!
Gracias chino por todo tu gran talento y compañía.



Los panchos, Ferrada y Almenara, cada uno en su labor, dedicados y tremendos aportes cada uno...
La Tati, indispensable mi madre superiora para poner en orden y hacer rendir las pocas monedas que teniamos para este proyecto.
Molusco, negro Ocares, sin ustedes no lo habriamos logrado, mil gracias.

El cine al final del dia es un asunto de amigos y de sueños, y estos dos elementos se dieron cita en el rodaje de Huinay.